IGLESIA DE SANTO TOROBIO DE MOGROVEJO

Promotor/es: 
Obispado de León
Fecha del proyecto: 
1988
Presupuesto: 
58.798.960 ptas
C/ Moisés de León nº 58
IGLESIA DE SANTO TOROBIO DE MOGROVEJO
Campanario y fachadas S y O
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Introducción

El proyecto abarcaba el templo y un edificio adjunto para residencia sacerdotal y dependencias parroquiales, que finalmente se construyó en una versión reducida, albergando sólo ese último uso.
Esta parroquia es la primera de un buen número de ellas, construidas durante las dos décadas del cambio de siglo en las nuevas periferias residenciales desarrolladas al socaire de la burbuja inmobiliaria que se desinfló abruptamente a partir de 2007.
En sus expectativas, relativamente satisfechas, ejemplifica los problemas de la arquitectura sacra actual, ubicada con frecuencia en estos contextos urbanos incipientes, faltos de articulación espacial y cultural. También incide el hecho que la religión haya dejado de vertebrar ideológicamente a la sociedad, pasando a desempeñar un papel secundario que incluso se pone de manifiesto en las relaciones de tamaño entre las iglesias y los bloques de vivienda colindantes.

Descripción y análisis

El polígono X es un caso singular del urbanismo de la ciudad, con una ordenación de bloques aislados entre amplios espacios indiferenciados  La parcela está situada en el perímetro del barrio y tiene forma rectangular con una extensión de 4.506 m2.
La iglesia ocupa una superficie de 1.383 m2 y se sitúa adosada a la linde NO, en su tramo central, dejando libre el resto de la parcela, con la excepción de pequeño edificio auxiliar para sede parroquial, ubicado en la esquina oriental.  Su volumen es un paralelepípedo sencillo del que sobresalen por dos de sus lados sendos apéndices cilíndricos y rematado con una franja en extra-plomo a modo de cornisa. Esta pieza se arropa con dos pérgolas, un gran atrio de pilares esbeltos y marquesina horizontal, y un campanario que evoca una espadaña. Una de las pérgolas penetra en la iglesia con el propósito de generar una sensación de continuidad a la vez que introduce un cierto sentido procesional. Este repertorio de acompañantes puede interpretarse como un recurso para cualificar un entorno hostil, principalmente por la vecindad de un inhóspito estacionamiento de un supermercado suburbano. El resultado no acaba de conseguir ese objetivo, en parte por la pobreza de los acabados, básicamente un revoco ordinario pintado en color blanco.
El espacio interior se descompone en dos naves desiguales, solución acertada que se adapta muy bien a las cambiantes necesidades funcionales entre las ceremonias litúrgicas ordinarias, con pocos fieles, y las extraordinarias (bodas, funerales, etc.), mucho más concurridas.
El altar, que no mira exactamente al este, luce un retablo barroco, subrayado con la luz que le brinda desde un lado un amplio ventanal. El interior es diáfano y amplio, aunque anodino. Ayudan poco los acabados vulgares -enlucidos de yeso pintados en blanco y pavimentos de baldosa de terrazo-, la iluminación tenue y excesivamente homogénea, el cielo raso horizontal del techo y las puertas de aluminio lacado o de acero inoxidable con una factura doméstica, como de portal de casa de vecinos.
Da la sensación de que la sobriedad impuso un grado de modestia propio de algunos mandatos evangélicos pero que resulta difícilmente conciliable con la significación que parece demandar un espacio consagrado.

Podcast

Hoy por hoy León (22.03.2018)