EDIFICIO AVDA. DE ROMA nº 18

Promotor/es: 
Gregorio Suárez
Fecha del proyecto: 
1933
Avda. de Roma nº 18
EDIFICIO AVDA. DE ROMA nº 18
Fachada al chaflán
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Introducción

Todo induce a suponer que el titular del proyecto no es su autor pues el edificio está en las antípodas de la escuela ecléctica e historicista en la que desarrolló su carrera profesional Juan C. Torbado quien, por otra parte, en 1933 tenía ya 66 años, una edad en la que son infrecuentes virajes estilísticos o conceptuales de tanto calibre.
Más verosímil resulta la atribución del proyecto al hijo de Torbado, Juan Torbado Franco y su socio desde 1932 a 1945, Ramón Cañas del Río, diseñadores de un nutrido conjunto de edificios de similar situación urbana y formalización arquitectónica durante los años de la República y la Guerra Civil.
Por algún motivo que desconocemos, el padre puso su nombre a un edificio ajeno y probablemente poco grato a su gusto, demostrando, una vez más, que por un hijo se hace cualquier cosa.

Descripción y análisis

La parcela tiene forma trapezoidal, 425 m2 de superficie, y da frente a una intersección achaflanada entre uno de los principales ejes del Ensanche y una bocacalle secundaria.
Tipológicamente, el rasgo más característico del edificio es su reducido fondo (8,5 m), repartido en dos crujías definidas por los cerramientos perimétricos y un pórtico intermedio paralelo a la fachada. A partir de este esquema, se organiza la planta con una distribución de dos viviendas por piso y una escalera aproximadamente central, sita en la crujía trasera. Para compensar el menor desarrollo del lado que corresponde a la avenida de Roma, esta ala profundiza perpendicularmente a la calle invadiendo parte del patio de la manzana, solución un tanto forzada, que no es lo mejor del proyecto.
El programa funcional de las viviendas se estructura en dos bandas a ambos lados de un pasillo central. La crujía externa se divide en una serie de estancias habitables de parecido tamaño, en torno a 12 m2, indeterminadas funcionalmente. En la parte trasera se disponen las dependencias con una función más precisa (baños, cocinas, etc.) o menos valor representativo.
Los alzados se plantean con el objetivo primordial de establecer una potente simetría en el chaflán que haga pasar inadvertido el desigual desarrollo de las dos fachadas laterales. Como primer recurso, se trata el paramento como un fondo continuo, sin aristas, con una textura de ladrillo a cara vista en aparejo de tizón y horadado por una retícula regular de huecos rectangulares. Sobre esta urdimbre se superpone un cuerpo en voladizo de composición eminentemente horizontal y simétrica, formado por franjas alternadas de paños ciegos, enfoscados y pintados, y ventanas de vidrio sujeto a levísimas carpinterías metálicas, además de barandillas hechas con tubos horizontales redondos de inspiración naval, como entonces se llevaba. La transición entre los planos de fachada se resuelve mediante unas galerías acristaladas cilíndricas, insertas en la balconada, que articulan el quiebro y a la vez resuelven el escalonamiento de alturas entre el chaflán y los laterales.
Este modo de enfocar la imagen del edificio es claramente deudor de la obra de arquitecto alemán Erich Mendelsohn, en particular del conjunto residencial Woga en Berlín (1926-1928) y los almacenes Petersdorff en Breslau (1927-1928).
Es significativo que el plano de plantas del proyecto no aparece representado todo el tinglado en voladizo, clara expresión de su carácter de aditamento compositivo.
El sistema constructivo básico combina muros de carga de fábrica de ladrillo con forjados de viguetas de perfiles de acero laminado. El tejado, inclinado a dos aguas y de teja cerámica curva, queda oculto tras un peto formado por la prolongación de la fachada a fin de evitar el chocante contraste entre el vanguardismo estilístico de las fachadas y la estampa pintoresca que emana de un material tan tradicional.
En resumen, el edificio es un producto híbrido que combina formas constructivas, tipologías edificatorias y modelos domésticos propios de los ensanches decimonónicos con una apariencia externa novedosa que reproduce sin apenas dilación los experimentos formales de la vanguardia arquitectónica centroeuropea.
En 1939, Cañas del Río y Torbado Franco firman un proyecto para realzar una planta en los dos laterales modificando sustancialmente, y para mal, la imagen primigenia.

Bibliografía

E. ALGORRI GARCÍA; R. CAÑAS APARICIO; F. J. GONZÁLEZ PÉREZ: León. Casco Antiguo y Ensanche. Guía de Arquitectura, Colegio Oficial de Arquitectos de León, León, 2000, pp. 186-187